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Los biofertilizantes son esenciales para capturar CO2 en el suelo, y las cooperativas pueden desarrollar modelos de negocio sostenibles en su producción

30/06/2020, Cooperativas Agro-alimentarias

La necesidad de gestionar los residuos ganaderos y agrícolas de los socios, la lucha contra el cambio climático y las oportunidades de mercado como el crecimiento de la producción ecológica, son las tres claves que potenciarán el uso de biofertilizantes por parte de las cooperativas. Estas son algunas de las conclusiones del seminario web Biofertilizantes en la nueva Economía Circular que Cooperativas Agro-alimentarias de España organizó, dentro de las actividades del proyecto europeo RUBIZMO.

Este seminario web es una de las actividades con las que Cooperativas Agro-alimentarias celebra el Día Internacional de las Cooperativas, que tiene lugar cada año el primer sábado de julio, y que en esta ocasión lleva como lema "Las cooperativas y la acción por el clima".

Tal y como destacó Susana Rivera en la presentación de la jornada la manera más efectiva de mitigar el cambio climático por parte de la agricultura es el secuestro de carbono en el suelo, incrementando así la materia orgánica. Iniciativas internacionales como la “4x1.000” defienden que de esta manera se pueden llegar a compensar las emisiones de gases de efecto invernadero en toda la agricultura. Para eso es necesario convertir los numerosos residuos y subproductos infrautilizados agrícolas y ganaderos en fertilizantes orgánicos de calidad. Al ser utilizados por los agricultores, se incrementará la materia orgánica y la fertilidad y sostenibilidad de los suelos, al mismo tiempo que se reduce el uso de fertilizantes minerales. El proyecto RUBIZMO una nueva iniciativa europea de la que forma parte Cooperativas Agro-alimentarias de España trabaja para descubrir los ingredientes vitales para desarrollar emprendimiento y modelos de negocio exitosos en sectores de alto potencial como la alimentación y la agricultura, nuevas cadenas de valor de base biológica y servicios ecosistémicos. Las cooperativas tienen un papel fundamental en esa tarea, y muestra de ello fueron los cuatro ejemplos que se expusieron a lo largo del seminario, en los que las cooperativas se convierten en el vehículo de las iniciativas empresariales conjuntas de los agricultores. Recogiendo y gestionando un residuo de los socios y a través de la inversión conjunta en plantas de biodigestión o compostaje se genera un nuevo producto y una actividad económica.

Sebastián Trinidad gerente de Complus explicó cómo gestionan subproductos como restos de poda, estiércol de ovino o el orujo de las almazaras, entre otros, para producir abono orgánico mediante el proceso de compostaje. Para este objetivo se han aliado cooperativas de distintos sectores, creando Complus. El compost se obtiene tras someter los diferentes materiales orgánicos a un proceso biológico de digestión aerobia, controlando la temperatura y la humedad. Tal y como destacó en su intervención el abono orgánico mejora la estructura del suelo y aumenta su capacidad para retener líquidos. Complus ha participado junto a Cooperativas Agro-alimentarias de Extremadura en el grupo operativo Valorares que trabaja en el desarrollo de nuevas técnicas de compostaje que permitan su reciclado y valorización, favoreciendo la gestión sostenible de la actividad agraria.

A continuación, José Carlos Anguix, técnico de Compost de Champinter una cooperativa que ya a finales de los años 80 apostaba por la economía circular, incluyendo la retirada del sustrato agotado del cultivo para su uso en fertilización y enmiendas agrícolas. En Champinter elaboran el sustrato del cultivo del champiñónn a partir del compostaje de subproductos como la paja, la gallinaza o el yeso de cantera, además en su apuesta por la sostenibilidad recogen el agua que se genera en el compostaje que se mezcla con las materias primas. A continuación, pasa por una clasificadora y se almacena en un bunker controlando el oxígeno y la temperatura, para lograr un sustrato selectivo con unas condiciones específicas para sus socios agricultores.

La economía circular también está presente en los sectores ganaderos, una buena muestra son todas las acciones que, englobadas en una estrategia de sostenibilidad, lleva a cabo Central Lechera Asturiana para alcanzar las de cero emisiones y vertidos en las explotaciones ganaderas de sus socios, en sus fábricas y en el transporte. Tal y como ha destacado su director general, Francisco Sanmartín, Biogastur gestiona los purines de los socios con una capacidad de 1.200 toneladas al día, genera metano para producir electricidad y digestato que se utiliza como fertilizante. La planta tiene una capacidad instalada de 4,5 megavatios, pero esperan ampliar su capacidad y purificar ese metano obtenido para convertirlo en biometano. Para avanzar en la economía circular es imprescindible la concienciación del socio ha señalado Sanmartín que por último, ha destacado que se logrará la sostenibilidad ambiental cuando los ganaderos tengan sostenibilidad económica y social, se adapte el territorio al siglo XXI.

Por último, Jan van der Blom, doctor entomólogo del Departamento de Técnicas de Producción de Coexphal, ha destacado la labor que llevan realizando desde hace años en los invernaderos de Almería para optimizar el riego y la fertilización para lo cual emplean sensores y aplicaciones digitales. Respecto a la fertilización ha señalado que utilizar más materia orgánica es beneficioso para el suelo, porque se aprovechan los nutrientes de las plantas viejas como las de tomate. Además, el 15% de los invernaderos, casi 4.000 hectáreas, están certificados como cultivo ecológico, y deben usar fertilizantes orgánicos, por lo que deben continuar fomentando su utilización.

El seminario web ha finalizado con un coloquio moderado por Adolfo Peña, subdirector de Estudiantes y Proyección Empresarial de la ETSIAM, Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y de Montes de la Universidad de Córdoba, en el que los ponentes han contestado a algunas de las preguntas que han ido realizando los más de 80 asistentes. Los ponentes han concluido que las cooperativas deben propulsar y fomentar la concienciación entre sus socios y crear plantas para los tratamientos de los residuos porque, aunque puedan tener su origen en dar solución a un problema existente, a corto plazo puede ser una actividad más de negocio que no deben desaprovechar.

RUBIZMO
El proyecto RUBIZMO -proyecto financiado por la UE a través del programa Horizonte 2020- tiene como objetivo identificar las mejores iniciativas y condiciones para desarrollar el espíritu empresarial rural y modelos de negocio exitosos en sectores como la alimentación y la agricultura, las cadenas de valor biobasadas y los servicios ecosistémicos. La economía rural tiene un gran potencial para ser pionera en la sostenibilidad y el rendimiento social de la inversión en los modelos de negocio. En este sentido, RUBIZMO destacará los mejores modelos de negocio e iniciativas que generen valor para la economía, el medio ambiente y la sociedad en igual medida. En este proyecto participan 16 socios de 11 países -entre ellos Cooperativas Agro-alimentarias de España- y se encuentra liderado por RISE.

Más información:
https://rubizmo.eu/


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